Los herrajes decorativos se reinventan para seguir las nuevas tendencias
Dicen que los herrajes decorativos se reinventan.
Y muchas veces, lo dicen seguido del típico, ya sabes: renovarse o morir.
Porque no es que les haga falta, es que reinventarse, es tendencia.
Y no es que vayan tan sobrados que no necesiten reinventarse, es que, si reinvención es sinónimo de recreación, lo llevan haciendo toda la vida pero, eso sí, sin etiquetas.
¿Necesitan reinventarse los herrajes decorativos? Un secreto: no.
Pero, sin embargo, lo hacen constantemente, y esto es así, porque está en su naturaleza.
Los herrajes decorativos se sueñan e imaginan, se diseñan y plasman en papel y, sencillamente, enamoran.
Seducen y hayan esa mirada que los encuentra irresistibles y se dejan llevar sabiendo que van derechos a una vida extraordinaria en la que van a ser protagonistas y que, probablemente, esa vida dará lugar a otras, porque los herrajes decorativos de calidad se reinventan sin parar para transformar muebles, recrear atmósferas o, sencillamente, participar en el delicioso juego de transformas mobiliario y espacios.
¿Se reinventan o no? ¿En qué quedamos?
Todo es verdad y no lo es, solo depende de dónde pongamos el foco.
¿Paradoja?
Veamos.
Un buen herraje decorativo de estilo clásico, vive para siempre, no necesita reinventarse porque en esa reinvención perdería su esencia y, sin embargo, cuando los herrajes decorativos clásicos vuelven a ser tendencia, se habla de reinvención y también es cierto porque contribuyen a cambiar muebles y mobiliario, a reinventar espacios.
Por otro lado, un herraje decorativo que priorice el sentido práctico para la vida de hoy en día, se renueva en función de los materiales y mecanismos que incorporan nuevas ventajas a su diseño,-véase el caso de los herrajes ocultos para cajones, tan deseados y efectivos ellos en muebles de oficina, de baño o de cocina-.
Por su parte, un herraje decorativo esencialmente estético, está fabricado con materias primas, por supuesto de primera calidad, específicas y elegidas con el propósito de recrear una atmósfera concreta, un ambiente en el que se cuida hasta el último detalle.
Por ejemplo, si se trata de un herraje decorativo de estilo colonial, será el toque perfecto para recuperar la elegancia de las atmósferas coloniales de hace más de un siglo pero con calidades del siglo XXI.
Si los herrajes decorativos coloniales se convierten en tendencia porque el estilo colonial se adueña del mercado, entonces, por ósmosis, por coherencia o, sencillamente porque está pasando, se hablará de que los herrajes decorativos coloniales se han reinventado para contribuir a mejorar esa tendencia con un must de elegancia, sofisticación y exclusividad.
Así somos, si no inventamos, nos encanta pensar que reinventamos y, aquí viene la paradoja porque, en cierto modo, es verdad.
Los herrajes decorativos no se diseñan como reinvención, aunque el mercado, los influencers y los clientes, los reciban como tal y puedan convertirlos en tendencia.
¿Se acuerdan del gato de Schrödringer? Pues algo parecido.
Ahora bien, si hablamos de la capacidad de los herrajes decorativos para seguir las nuevas tendencias, de hoy, de mañana y de pasado mañana -y hablamos literalmente-, ahí, sí, ahí podemos afirmar con claridad palmaria que los herrajes decorativos se reinventan ¡y con una capacidad absolutamente asombrosa!
Y al hacerlo, reinventan mobiliario, espacios, atmósferas y hasta vivencias, generando nuevas experiencia vitales. Y podemos demostrarlo.
Porque es como conseguir un éxito con la reedición de un clásico adaptado al siglo XXI y, aunque lo primero que se nos venga a la cabeza sea una obra de teatro, también puede ser el remake de una película, la adaptación de un libro a una serie, una canción o, ya que estamos en el terreno de los herrajes decorativos y que el estilo industrial es tendencia, una mesa tradicional de madera de nogal reinventada, que conserva la tabla de madera pero pierde las patas por unas de acero de estilo industrial; un estante de cristal clásico que rejuvenece con unos soportes de acero industrial o un archivador de estilo industrial con sus cajones y su armario, que se convierte en mueble de salón o de dormitorio con unos pomos de madera decorados al más genuino estilo vintage.
Los herrajes decorativos adaptados o reeditados, se reinventan con una fuerza innovadora tan arrasadora que difumina la ya de por sí difusa línea entre el modelo que fue y el reinventado.
¿Y quién necesita clarificarla?
Los herrajes decorativos tienen muchas cualidades, sobre todo los que están fabricados teniendo en cuenta la calidad de las materias primas y la sostenibilidad y están acabados con un exquisito diseño capaz de encajar en una tendencia y guardar su esencia transformadora para jugar a transformar un mueble cuando esa tendencia sea sustituida por otra.
Lo que viene siendo estar provisto de los recursos suficientes para poder y saber nadar y guardar la ropa.
Porque la calidad de fabricación es la piedra de toque para acabar de dilucidar esta paradoja de reinvenciones, de gatos en cajas y de tiempos de tendencias supersónicas.
Sencillamente, no se reinventa quien quiere, sino quien puede.
Y los herrajes decorativos elaborados con las garantía de calidad suficientes, como los fabricados por REI, pueden.