Claves para jefe de compras de un centro de bricolaje
Cada jefe de compras es único y su centro de bricolaje, es su mundo. Es decir, cada jefe de compras de un centro de bricolaje tiene su código personal de funcionamiento, su clave, y eso es lo que le confiere esa exclusividad que lo diferencia del resto, que pone en valor su valía profesional por encima de la de otros.
Sí, podríamos llamarlo instinto comercial, esa capacidad para dirigir y gestionar estratégicamente la adquisición de material manejando grandes sumas de capital. Casi nada. Todo eso es cierto y deseable.
Y ahora que tenemos el toque de gracia, vamos a aventurarnos en el terreno racional y altamente competitivo de las claves genéricas que acaban definiendo, por formación y actuación, a un buen profesional de la jefatura de compras de una cadena de bricolaje. Porque es posible tener el don pero, si no se cultiva, será imposible defender el puesto que marca el paso y el pulso en un centro del bricolaje. Para ser buen jefe de compras de un centro de bricolaje, el instinto debe encontrarte, siempre, trabajando.
Un buen jefe sabe que necesita aliados de una profesionalidad intachable para que su departamento funcione a pleno rendimiento y en la dirección adecuada. En el caso de un jefe de departamento de compras de un centro de bricolaje, esos aliados son los proveedores. Los mejores no llegan precisamente por casualidad, hay que ollar el terreno con el sutil olfato que permita descubrirlos, ponerlos a prueba y mantener el listón de la exigencia muy alto. El jefe de compras está dispuesto a emplearse a fondo y su equipo ha de caminar al mismo ritmo.
1. La gestión eficiente de los proveedores
La primera clave del éxito de un jefe de compras de un centro de bricolaje es la eficiencia en la búsqueda de proveedores que, a su vez, para ser elegidos, deberán demostrar su eficiencia. En este caso, el instinto puede ser una guía pero los hechos serán decisivos.
Cuando un jefe de compras busca a los mejores proveedores, el trabajo de campo lo lleva a un escenario inestable que, a la vez que le brinda las mejores posibilidades, si permanece demasiado tiempo activo, puede acabar con el mayor de los entusiasmos, el más afianzado de los criterios y el olfato más agudo. Exacto, nos referimos a la plantación de proveedores, esa en la que salen proveedores por todas partes.
El peligro es real y la capacidad de elección y descarte, una auténtica lucha por la supervivencia profesional. Luego volveremos sobre este asunto pero será mejor que vayas tomando nota de la idea: mejor gestionar pocos proveedores bien elegidos que muchos amparado en el por si acaso. éxito o caos, tú decides.
¿Cómo saber que un proveedor debe pasar al grupo de elegidos en la agenda de un jefe de compras?
Porque ha demostrado su valía, así de sencillo: cumplen los plazos de entrega; son activos en la presentación de nuevos productos y, además, no fallan en la provisión de material en stock para ese target que acude al centro para comprar unos tiradores y acaba por llevarse los juegos de piezas necesarios para montar el armario entero. No falla, el movimiento se sigue demostrando andando.
La gestión eficiente de proveedores. Así, solo parece sencillo ¿Verdad? Pues resulta que no es lo habitual. Muchos jefes de compras se adentran en la búsqueda y elección de proveedores con las mejores intenciones y, sencillamente, acaban desbordados por una agenda absolutamente imposible de gestionar.
Hay que saber buscar y hay que hacerlo de forma eficiente, no puede ser que uno de los aliados con mayor peso estratégico en la gestión de ventas, acabe convirtiéndose en un lastre, cuando su papel es justo el contrario, con ellos comienza el proceso que finaliza en la venta.
El trabajo de campo es necesario, el filtro, imprescindible y el nivel de exigencia, irrenunciable. Solo a través de esos tres pasos, se conseguirá conformar una agenda de proveedores equilibrada, una lista exclusiva que permitirá al jefe de ventas un contacto directo con todos y cada uno de ellos, un conocimiento profesional más profundo que acarreará mejores resultados para ambos. Eficiencia, al fin y al cabo.
2. La cadena logística
La tercera clave de éxito de un jefe de ventas se centra también en la eficiencia pero, en este caso, la de la cadena logística. Otro de los pesos pesados en la estrategia de gestión de ventas y, en muchos casos, protagonista principal.
Sobre la cadena logística recae la responsabilidad de la gestión del flujo de productos desde los proveedores, almacenaje y distribución, hasta llegar a los lineales de la cadena de bricolaje y, finalmente a los clientes. Son muchos puntos sensibles que han de ser gestionados con criterio unitario, con visión integral para que la estructura orgánica de la gestión de ventas sea efectiva, eficiente y eficaz.
Y no acaba ahí la cosa, no es suficiente, además, la logística ha de ser dinámica e innovadora, capaz de ofrecer una experiencia exclusiva a su cliente directo, el jefe de ventas, que acabará redundando en una mejor experiencia del consumidor final.
¿Un ejemplo? Sencillo: han quedado atrás las empresas de logística entendidas como asociación de transportistas,-créeme, muy, muy atrás-, ahora, el profesional de la logística ofrece un servicio exclusivo, como el de un traje cortado a medida por el mejor sastre. La gestión del flujo de producto sigue siendo la misma pero ya no tiene nada que ver, ahora, el producto puede llegar a la cadena de bricolaje montado, como un escaparate, directamente a los ojos del consumidor. Lo más parecido a llegar y besar el santo.
3. La era del cliente informado
El cliente sabe que ahora es tenido en cuenta, es protagonista. No perder ese punto de vista es otra clave del éxito de un jefe de ventas, que procurará ofrecerle una información veraz, directa y personalizada. Para el cliente de la era tecnológica, los lineales de la cadena de bricolaje ya no son territorio salvaje y el jefe de compras lo sabe, sabe que tiene ante él a una generación de clientes altamente informados, la omnicanalidad hace su trabajo y nos puede beneficiar a todos. Y aquí entra de lleno la quinta clave del éxito de un jefe de compras de una cadena de bricolaje: la sostenibilidad.
Ese cliente informado no es un recién llegado y no solo sabe lo que quiere, también sabe por qué. Como en otras facetas de su vida, el cliente de la tercera década del siglo XXI, busca productos de calidad excelente, tanto en materiales como en diseño; preferentemente de fabricación nacional y con una gestión de recursos y residuos transparente.
Un jefe de compras de una cadena de bricolaje de la tercera década del siglo XXI también sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Sabe confiar en su instinto y actualizarlo constantemente. Es el ritmo de los tiempos, probablemente nunca resultó tan apasionante el camino del producto desde el proveedor hasta el cliente y el futuro, promete.