Todo lo que tienen que tener en cuenta los fabricantes de muebles de baño en el proceso de diseño
Por ambición que no quede y si hay información, que circule.
Y la hay, porque los fabricantes de muebles de baño llevan décadas en constante evolución, generando una valiosa experiencia adaptativa que ha convertido a nuestro país en referente internacional en un sector que cobra protagonismo día a día.
Esa maquinaria de modernidad, creatividad y audacia no puede pararse, no va a pararse porque no entiende de mágicas inercias y sí de esfuerzo y mantenimiento.
Esas son las claves del desarrollo en la segunda década del siglo XXI, lo que en otros tiempos se llamaba no dormirse en los laureles aderezado con una serie de ingredientes tecnológicos que han modificado, para siempre jamás, la manera de desarrollar los procesos de diseño de los fabricantes de muebles de baño.
Estamos en un momento determinante de transformación tecnológica.
Es cierto que el modus operandi que nos ha traído hasta aquí, se ha transformado transformando también el proceso de diseño, sin embargo, la esencia sigue siendo la misma y está intacta, definiendo objetivos y ofreciendo las mejores prácticas para llegar hasta ellos dando prioridad a la satisfacción del cliente.
El bagaje cosechado sitúa a los fabricantes de muebles de baño ante un horizonte prometedor en el que el individualismo da paso al trabajo en equipo, por ello, están dispuestos a aliarse con aquellos que mayor calidad, sostenibilidad, y creatividad ofrezcan en sus productos. Ah, y audacia, que no se nos olvide la audacia!
Los fabricantes de muebles de baño conocen la tesitura actual, saben que el mercado vive en una espiral de tendencias y que, para entrar en esa fiesta de burbujas y curvas ascendentes, es necesario estar al día en varios frentes.
Los estilos se han multiplicado, o no tanto, quizá lo que se ha multiplicado es la nomenclatura para tendencias que, en muchos casos, apenas difieren en lo esencial unas de otras.
A priori, se trata de un factor a favor para el fabricante, que ve desplegarse ante sí todas esas tendencias de moda como un campo de proyectos casi infinito, un campo en el que hay que tener la cabeza fría para sacar partido y emparejar tecnología, adaptación, e innovación con valores perennes como calidad, sostenibilidad y atención al cliente, para ofrecer productos exclusivos que ya tienen ganado su hueco de marca en un mercado cada día más competitivo.
El primer mandato para el fabricante de muebles de baño en el proceso de diseño consiste en ser fiel a sí mismo, a sus procesos de investigación y desarrollo y absorber las tendencias y vanguardias sin perderse de vista ni por un momento porque, cuando una de esas tendencias se desgaje de la espiral, el fabricante seguirá ahí, dentro, recibiendo la que ocupará el lugar de la que acaba de quedarse obsoleta y probablemente, ni siquiera, encuentra un lugar entre los clásicos que siempre, siempre, tienen su público.
Fuera de esa espiral hay dos verdades inapelables a la hora de pensar en diseño de cuartos de baño que los clientes tienen ya muy asumidas. La primera: el cuarto de baño está en una imparable línea ascendente de protagonismo y exige personalidad propia en cuanto a mobiliario y decoración. En segundo lugar, los cuartos de baño están dedicados a la higiene personal y cada vez se busca mayor confortabilidad, seguridad y facilidad en la limpieza.
Teniendo muy presentes las dos tendencias anteriores, el segundo mandato para los fabricantes de muebles de cuarto de baño, podría ser mantener al rojo vivo el crisol de la inspiración y la originalidad, la propia y la ajena.
Formar parte de una empresa que ha conseguido convertirse en referente para otras muchas, nacional e internacionalmente, no se consigue por casualidad, ni creando a espaldas del mercado ni asumiendo, como propias, las novedades que éste ofrece. No, es necesario procesar, no basta con ver y rediseñar lo que ya está disponible, las ferias internacionales no son espejos sino gigantescas salas de creación e inspiración para que las musas nos encuentren siempre trabajando.
Los que buscan inspiración en los stands de las ferias internacionales, la encuentran; los que buscan que les hagan el trabajo, también consiguen su objetivo. Los primeros se deslizan en la temporada siguiente con un catálogo exclusivo, viento en popa y a toda vela; los segundos, sencillamente, naufragan en un mar de imitaciones que acaba por llevarlos al fondo del océano de las oportunidades perdidas.
Llegados a este punto, ¿cuál podría ser el siguiente mandato para los fabricantes de muebles baño en el proceso de diseño?
Nos encontramos con una respuesta en dos partes. En primer lugar, la velocidad, pero sin imponer demasiada prisa al proceso, para plasmar de inmediato esas ideas inspiradoras, convertirlas en bocetos, materializarlas utilizando las últimas tecnologías y finalmente, obtener diferentes prototipos que pasarán exhaustivos controles en los laboratorios de pruebas, tomándose el tiempo necesario. Algo así como la versión industrial del clásico vísteme despacio que tengo prisa.
La segunda no podría ser otra que la complicidad. Complicidad adquirida y cuidada, temporada tras temporada, para desarrollar ese diseño exclusivo, con la huella inconfundible de la colaboración con sus habituales distribuidores de herrajes decorativos, esos cómplices que también saben lo que es que las musas te encuentren trabajando, los mismos que elaboran sus productos con materias primas sostenibles de primera calidad y cuidan al cliente como si fuera un miembro de la familia porque, sencillamente, lo es. Y si además su fabricación es nacional y garantizar el suministro y la producción de una pieza, pues mucho mejor.
Y no hay más, no se trata de magia, sino de algo mucho más valioso y productivo, la profesionalidad y el talento que permitan saber distinguir la tendencia pasajera de la que llegó para quedarse, disponer de un equipo creativo, y varios cómplices, que la hagan suya con materias primas sostenibles y controlar el proceso industrial de principio a fin.